martes, 30 de julio de 2013

SOY UNA PERSONA IMPORTANTE



Soy una persona importante
Introducción:
Qué es lo que el hombre realmente busca y desea lograr en la vida?
Posiblemente contestemos que ser feliz, sentirse amado, tener éxito, realizarse, etc.
Si analizamos estos deseos, veremos cómo, en el fondo, todos coinciden en uno: el deseo, la necesidad, de sentirse persona valiosa.

Oración:   
De mi dependen tantas cosas en la vida,
Tanto positivas como negativas,
No tengo que culpar a los demás de mis errores
De mi depende la felicidad de mi hogar.
De mi depende la paz entre los míos
De mi depende aprender a escuchar.
De mi depende que en mi ambiente no se critique
De mi depende aceptarme como soy,
Aceptar a los demás como son,
De mi depende corregir mis errores
De mi depende aprender a conocerme
A ser cada día mejor.    
De mi depende tener a Dios en mi conciencia
a tener amigos.
De mi depende a ser feliz a los que conmigo conviven
De mi depende que conozca a Dios.


Canto:    LO QUE SOY Y  LO QUE TENGO
Lo que soy y lo que tengo,
Oh Señor, lo debo a Ti
Lo que soy y lo que tengo,
Oh Señor, lo entrego a Ti.

Lléname de tu Espíritu,
Lléname de tu amor.

Con mi amor y mi trabajo
A Ti quiero yo servir.

Úsame para tu obra
Guíame para servir.  

Dinámica: (opcional)
Desarrollo de tema
Una persona feliz, es una persona que se valora, que se siente segura de sí misma. La persona que es amada, está confirmando su valor. Ella es importante para alguien. Al tener éxito, sea en la escuela, en algún trabajo, etc. la persona comprueba que es capaz de lograr lo que se propone, es capaz y valiosa.

Trata de recordar alguna ocasión en que te sentiste valioso/a e importante  ¿Qué sentías además de eso? ¿Cómo estaba tu cara? ¿y tu cuerpo? Platícalo con tu compañero que tienes a la derecha.

¿Por qué esta necesidad de sentirnos valiosos? Pues porque somos valiosos, no por lo que hemos logrado o por lo que tenemos, sino por ser personas. Nacimos siendo muy valiosos.

El Génesis nos dice: Y DIOS DIJO: HAGAMOS AL HOMBRE A IMAGEN Y SEMEJANZA NUESTRA, Y DOMINE A LOS PECES DEL MAR Y A LAS AVES DEL CIELO Y A LAS BESTIAS Y A TODA LA TIERRA.

¿Qué quiere decir "Hechos a imagen y semejanza de Dios"?
Que somos capaces de pensar y de decidir; con una gran capacidad para amar, libres para optar por el bien o el mal, capaces de continuar su obra creadora en el mundo. Nacimos para ser grandes, para realizarnos desarrollando todo nuestro potencial. De allí nuestro anhelo de superación, de amar y de ser amados, de reconocimiento, de ser libres, de creatividad, de dominar la materia, de ser felices.
Ninguna otra criatura posee estas características. Por eso es que el hombre es el rey de la creación.
Tenemos un valor y una dignidad por ser personas, por existir. Y todas las personas, por igual, somos valiosas e importantes, seamos hombre o mujer, negras, blancas o amarillas, sepamos muchas cosas o seamos ignorantes, seamos ricas o pobres, estemos todavía en el vientre materno, tengamos un mes de nacidas o 99 años.
Somos iguales en esencia, en dignidad. Somos distintos, porque cada uno de nosotros es único e irrepetible.
YO NO SOY MÁS QUE NADIE. YO NO SOY MENOS QUE NADIE. YO SOY IGUAL DE IMPORTANTE QUE TODOS. ESA ES LA REALIDAD.
ILUMINACIÓN CRISTIANA DE LA REALIDAD

Leer en la Biblia, Génesis Cap. 1 vers. 26-27.
Es casi seguro que desde hace muchos años hemos oído que Dios nos creó a su imagen y semejanza. Más, ¿qué significa esto para nosotros?

Si nos paramos frente a un espejo, ese espejo refleja nuestra imagen, ¿verdad? Bueno, pues algo así sucede con Dios y nosotros. No que Dios tenga una cara y un cuerpo como el nuestro, sino que nuestras características y capacidades, son reflejo de las de Dios.
Primeramente, Dios es amor, y sólo el hombre, de todas las criaturas del universo, es capaz de amar, de relacionarse por amor y no por instinto. Dios es totalmente libre, y nosotros hemos sido creados libres. Libres para pensar, sentir, decidir y actuar. Nuestro Dios es Creador, y nosotros tenemos una gran capacidad de construir, de mejorar, de crear, no de la nada, como lo hizo Dios, pero sí de una materia prima, construir y desarrollar todo ese potencial que Él puso en nosotros. Continuar con la creación de un mundo más humano y fraterno. Nuestro Dios es alegre, es feliz. ¿Podríamos imaginar a un Ser enojado o tremendamente serio, creando tantas flores bellas, los pajaritos, las mariposas, las puestas de sol, la sonrisa de un niño? Cuando nosotros estamos alegres y felices, reflejamos la alegría de Dios. Y así podríamos continuar enumerando.
 Y todas estas capacidades que son reflejo de las de Dios, nos han sido dadas para vivir en comunidad con otras personas. No somos seres aislados. Y entre más vivamos en el amor, más claro y transparente será el reflejo de Dios en nosotros. Él está dentro de cada uno. Permitámosle que se manifieste a través de cada uno de nuestros actos.
Reflexión y compromiso:

Canto:    PADRE BUENO, DIOS HERMANO
Tú Señor, que enciendes las estrellas
Tú que al sol, le das su resplandor
Tú que cuidas del pájaro perdido que va buscando un nido
Guiado por tu amor.
Tú que siembras rosas y trigales
Tú que al lirio vistes de esplendor
Nos proteges Señor con más cariño
Pues quieres más a un niño
Que al pájaro y la flor.








Padre bueno, Dios alegre
Primavera y manantial.
Dios hermano, Dios amigo
Padre nuestro celestial.

Tu Señor, que velas por el pobre
Y al humilde das tu protección
Al que amas le ofreces un tesoro
Que vale más que el oro
Le das tu corazón.
Tú Señor, que alumbras mi camino
Tú que escuchas siempre mi oración
Y en tu amor pongo yo mi confianza
Renace mi esperanza
Se acuna mi canción.

Oración final: (opcional)